La colección comprende diversos instrumentos de escritura y las herramientas utilizadas para facilitar dicha tarea.
Plumas de ave
La pluma de ave fue un instrumento de escritura muy estimado en todo occidente. Las preferidas eran las de las de ganso, pato, pavo, cisne, faisán y cuervo, a las que se les cortaba el cañon en bisel y se las rectificaba a medida que se iban gastando para mantener la punta afilada.
La pluma de ave fue un instrumento de escritura muy estimado en todo occidente. Las preferidas eran las de las de ganso, pato, pavo, cisne, faisán y cuervo, a las que se les cortaba el cañon en bisel y se las rectificaba a medida que se iban gastando para mantener la punta afilada.
Plumas metálicas
Si bien hay antecedentes en Pompeya, Italia, en torno al año 100, las primeras plumas metálicas de inmersión fueron patentadas en 1803 por el ingeniero inglés Bryan Donkin. Estas primeras plumas hechas a mano eran artículos suntuarios pero de una calidad que no podía competir con la elasticidad de las plumas de ave. En 1829 con la aparición de los primeros ejemplares de acero se alcanzaron los más altos estándares de calidad y eficiencia gracias a los aportes de John y William Mitchell, Joseph Gillott y Josiah Mason.
Si bien hay antecedentes en Pompeya, Italia, en torno al año 100, las primeras plumas metálicas de inmersión fueron patentadas en 1803 por el ingeniero inglés Bryan Donkin. Estas primeras plumas hechas a mano eran artículos suntuarios pero de una calidad que no podía competir con la elasticidad de las plumas de ave. En 1829 con la aparición de los primeros ejemplares de acero se alcanzaron los más altos estándares de calidad y eficiencia gracias a los aportes de John y William Mitchell, Joseph Gillott y Josiah Mason.
