En un principio, para escritura, se utilizaron papeles más resistentes que los actuales, los que permitían retirar la tinta raspando la superficie con un cortante. Estos instrumentos tenían, además, otras funciones: como abrecartas, para afilar lápices, o como plegaderas, en aquellos que terminaban en un cabo plano, apropiado para esa función. Recordemos que, aún superada la primera mitad del siglo XX, algunas ediciones de libros, a las que se les quería dotar de ciertas características artesanales y de exclusividad, venían encuadernadas intonsos que requerían de cortantes eficientes y bien afilados para separar las páginas.
Los raspadores más antiguos tenían forma de pica o de corazón invertido, más tarde se los reemplazará por cortantes en forma de bisturí, similares a los utilizados por los cirujanos, con un lado recto en la base de la hoja y una terminación en punta en el otro lado curvado. Para las empuñaduras se utilizó marfil, hueso, ébano y otras maderas duras, en su mayoría de tonalidades oscuras, también metales como el bronce y el latón; en torno a 1930-40 se pueden encontrar mangos de celuloide o de galatita, especialmente utilizados en los conjuntos para escritura que trataban de emular a los instrumentos franceses de los siglos XVIII y XIX.
Las piezas más buscadas por los coleccionistas, debido a la alta calidad de los aceros al carbono empleados en su elaboración, son las de Joseph Rodgers & Sons, manufacturadas en acero al carbono en Norfolk Sheffield, Inglaterra, las de la marca Dos Llaves fabricada por F. Harder A.B.R. Sohn Solingen de Alemania y la marca española Palmera. Una innovación fue la producida en los Estados Unidos por la firma Eagle, en torno a 1900, un raspador / cortaplumas cilíndrico, de unos diez centímetros que, mediante un mecanismo, retraía la hoja dentro del barril, ocultando la cuchilla para que, de este modo, pudiera ser llevada en un bolsillo sin peligro de cortarse. Actualmente, firmas como Faber-Castell siguen ofreciendo este tipo de instrumentos para dibujo, con la forma clásica de bisturí.
Raspadores / borradores de tinta de diferentes tamaños y de origen europeo y norteamericano.
Las hojas de acero pueden tener forma oval, de lanza, curvada, etc.
Los mangos, algunos de estilo victoriano, están ornamentados con motivos vegetales y son de metal, otros poseen mango de nácar, hueso, marfil o ébano.
# Entre las fotografías, dos páginas de catálogos de finales del siglo XIX, la de F. Weber Co. de Philadelphia y la de Miller Bros. Cutlery Co. de New York, de 1894, ofreciendo a la venta estos instrumentos.