Si bien es cierto que para aludir a un amante de los libros inmediatamente pensamos en una persona que está leyendo, aquí es donde la creatividad de los artistas ha logrado, con un tema tan acotado, demostrar que muchas veces los límites impuestos derivan en soluciones realmente creativas.
Dentro de esta tipología de marcas de biblioteca encontramos representaciones de distintos períodos artísticos, en especial el Modernismo junto a todos sus afluentes europeos.
Respecto a la técnica, si bien se destacan los ex libris impresos a partir del fotograbado, también se realizaron grabados a buril, aguafuerte y xilografía.
Los lectores solitarios constituyen la mayoría de las representaciones, aunque también existen marcas en las que el personaje lee en compañía de maestros, hermanos, amigos y cónyuges, aludiendo al valor de compartir el contenido de los libros.
Un predominio en los diseños, curiosamente, es la inclusión de lectoras. En estos ex libris están presentadas con actitudes y vestimentas tan variadas que permiten trazar la historia de la moda desde la Edad Media hasta nuestros días. Figuras desnudas conviven con este repertorio, en particular los diseños realizados por el austríaco Franz Bayros, dueño de un virtuosismo técnico insuperable, capaz de generar tales tensiones que logran que ninguno de sus trabajos pueda pasar desapercibido.
La lista de los artistas que realizaron este tipo de ex libris es, prácticamente, inabarcable. El tema sedujo a los mejores exlibristas de todas las épocas: Mathilde Ade (1877-1953), Alfredo Baruffi (1873-1948), Robert Anning Bell (1883-1933), Ramón Borrell i Pla (1876-1963), Fortuné Bovard (1875-1947), William Edgar Fisher (1872-1937, Armand Rassnfosse (1862-1934), Franz von Bayros (1866-1924), Coloman Rozsnyay (1876-1948), Joseph W. Simpson (1875-1932), Margaret Webb (1887-1965) y Josef Triadó Mayol (1870-1929), entre muchísimo otros.
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