José Triadó Mayol, para Espasa-Calpe S. A.
Fotograbado - España, ca. 1910
 
  Emil Doepler, para la Biblioteca Real del Museo de Artes Aplicadas de Berlín
Alemania, 1895
 
  Edwin Davis French, para la Biblioteca del Club de Yates de Nueva York
Estados Unidos, 1900
 
  José Triadó Mayol, para la Biblioteca de la Compañía General de Tabacos de Filipinas
Fotograbado - España, 1910
 
  Alfredo Barufi, para la Biblioteca Comunal de Bologna
Italia, 1907
 
  Luigi Angelini, para la Academia Carrara de Bellas Artes de Bergamo
Italia, 1930
 
  Andrea Parini, para Cesare Ratta
Italia, ca. 1910
 
  Dino Tofani, para propietario no identificado
Fotograbado - Italai, ca. 1900
 
  Lorenz M. Rheude, para Buskery Dillmann
Alemania, 1901
 
  Gerard Gaudean, para la Doctora Bräuer
Xilografía - Bélgica, siglo XX
 
  Antonello Moroni, para Luigi Amaro
Xilografía - Italia, 1918
La leyenda reza: Sumergirse y emerger
 
  Ramón Borrell Plá, para Rita Pach
Aguafuerte/Aguatinta - España, 1922
 
  Benito Boccolari, para su biblioteca
Xilografía a tres colores - Italia, ca. 1910
 
  Antonia Sagristá, para su biblioteca
España, siglo XX
 
  Akke Sins, para Salvatore Bono
Holanda, siglo XX
 
  Adolfo De Carolis, para Vincenzo Pilotti
Xilogragía - Italia, 1905
 
  Akke Sins, para Gianni Mantero
Italia, ca. 1920
La leyenda reza: Existir supone edificar
 
  José Triadó Mayol, para Manuel Conrotte
Expaña, ca. 1920
 
  José Triadó Mayol, para Miguel Busch y Pagés
España, ca. 1918
 
  Fridolf Johnson, para su biblioteca
Estados Unidos, siglo XX
 
  Luigi Angelini, para el Sacerdote Pietro Mauro Valoti
Fogograbado - Italia, 1927
La divisa reza: Trabajar es orar
 
  Alberto Zanverdiani, para M. Griffini
Xilografía a dos colores - Italia, ca. 1905
 
  Antonello Moroni, para Eleonora Selmi
Xilografía - Italia, 1916
 
  José Triadó Mayol, para José María Soler y Elena Jorrá Serriat
Fotograbado - España, 1924
 
  Henry Ospovat, para John y Jessie Hoy
Inglaterra, 1895
 
  Jules Goncourt, para Edmond y Jules Goncourt
Aguafuerte - Francia, siglo XIX
 
  María Figuerola Rubio, para Ricardet
Fotograbado - España, 1952
 
  Lorenzo Brunet Torroll, para José Monsalvatje y Fosas
Fotograbado - España, 1918
La frase en la cartela reza: La música pagada no suena bien
 
  Will Carter, para Edward John Kenney y para Miriam J. Benkovitz
Inglaterra, siglo XX
 
  Piet van Roemburg, para M. M.
Bégica, siglo XX
 
  Thomas Erat Harrison, para William Ewart Gladstone
Inglaterra, 1889
 
  Fridolf Johnson, para su biblioteca
Estados Unidos, siglo XX
 
  Theodore Brown Hapgood, para Theodore Brown Hapgood Jr.
Estados Unidos, finales del siglo XIX y principios del siglo XX
 
  William F. Hopson, para su biblioteca
Estados Unidos, 1890
El ex libris está resuelto en una paleta de pintor y aparecen elementos de pintur y grabado, además de la referencia a libros sobre artes gráficas
 
  Autor no identificado, para Timothy Mann
Estados Unidos, 1810
 
  Edmund Hort New, para la Biblioteca del Club Alpino de Damas
Inglaterra, 1911
 
  Carl S. Junge, para Fannie Crobett Junge
Estados Unidos, siglo XX
 
  Hugh Thomson, para John Thomson
Inglaterra, finales del siglo XIX y principios del siglo XX
 
  Paun Voigt, para Heinrich Görte
Monograma gótico - Alemania, siglo XX
 
  Emil Preetorius, para Helene Fraenkel
Alemania, siglo XX
Rescata los libros aún bajo el agua. Nótese la pluma bajo la aleta del pez
 
  Luigi Brunello, para Gianni Mantero
Italia, siglo XX
La leyenda reza: De los libros de Gianni Mantero, amante de los libros y las estampas
 
  Pedro Quetglas Ferré, para Adolfo Rupérez y Grima
Xilografía - España, 1948
 
  Joaquín Figuerola Fenández, para Eudaldo Canibell Masbernat
Fotograbado - España, 1907
 
  Autor no identificado, para Adolfo Rupérez
Aguafuerte - España, siglo XX
La leyenda dice: Soy de Adolfo Rupérez y me ven en este estado por haber sido prestado
 
  Luis García Falgás, para José Batlle
España, 1951
 
  Autor no identificado, para Thomas Holt
Estados Unidos, finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX
 
  Ernst Göhlert, para Mark y Nina Severin
Xilografía - Alemania, siglo XX
 


Es un membrete o marca de poseción que se adhiere en el revés de la cubierta de los libros manuscritos o impresos, indicando la biblioteca de personas o instituciones a las que el volumen pertenece.
La expresión ex libris deriva del latín y significa de entre los libros o (uno) de los libros, donde la preposición ex denota fuera de lugar.
No es indispensable que para estas marcas de biblioteca aparezca la leyenda ex libris, pues para cumplir tal función, también se han empleado ex lib, e libris, soy de la biblioteca, soy de, es de la seua librería, este imprestable libro es de, dai libri di, aus der bibliothek, aus der bücherei, his book, her book, library of the, the property of, book of, owneth this books, form the books of, etc.
No obstante, hay muchas marcas heráldicas, monogramas o, simplemente, el nombre del dueño del libro (a, b, c) sin ninguna de las expresiones precedentes que, utilizadas con igual sentido, cumplen con la misma función.
Hay ex libris humorísticos, que presentan alguna escena cómica; infantiles, marcas que algunos grabadores han dedicado a sus hijos o a los descendientes de amigos. La mayoría de estos ejemplos se encuentran, especialmente, en bibliotecas juveniles pertenecientes a hermanos, en algunas de estas estampas figuran los nombres de todos los titulares del libro.
En las marcas denominadas conyugales, aparecen los nombres, las imagenes o los perfieles de la pareja propietaria de la biblioteca.
Un género clásico es también el femenino, en el que abundan ejemplos muy interesantes por su realización y máxima belleza.
También es común encontrar marcas denominadas macabras, las que se nutren de esqueletos, huesos, calaveras y todo tipo de alegorías sobre el paso del tiempo o la muerte.
Los religiosos (a, b) fueron muy cultivados en todos los períodos, junto a los mitológicos, en cuya simbología abundan dioses griegos, romanos y personajes extraídos de leyendas populares.
Son muy difundidos los ex libris que aluden a profesiones, actividades o gremios, por ejempo: de las artes, ingenieros, arquitectos, impresores, pintores, escultores, músicos y cualquier otra actividad que el bibliófilo realizara como navegación, , medicina, justicia, botánica y, hasta para coleccionistas y bibliófilos.
En muchas instituciones como universidades, empresas comerciales, clubes, museos, editoriales, etc., encontramos estas marcas que aluden a la posesión del libro.

     
     

 
 
 
   

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