Es un membrete o marca de poseción que se adhiere en el revés de la cubierta de los libros manuscritos o impresos, indicando la biblioteca de personas o instituciones a las que el volumen pertenece.
La expresión ex libris deriva del latín y significa de entre los libros o (uno) de los libros, donde la preposición ex denota fuera de lugar.
No es indispensable que para estas marcas de biblioteca aparezca la leyenda ex libris, pues para cumplir tal función, también se han empleado ex lib, e libris, soy de la biblioteca, soy de, es de la seua librería, este imprestable libro es de, dai libri di, aus der bibliothek, aus der bücherei, his book, her book, library of the, the property of,
book of, owneth this books, form the books of, etc.
No obstante, hay muchas marcas heráldicas, monogramas o, simplemente, el nombre del dueño del libro (a, b, c) sin ninguna de las expresiones precedentes que, utilizadas con igual sentido, cumplen con la misma función.
Hay ex libris humorísticos, que presentan alguna escena cómica; infantiles, marcas que algunos grabadores han dedicado a sus hijos o a los descendientes de amigos. La mayoría de estos ejemplos se encuentran, especialmente, en bibliotecas juveniles pertenecientes a hermanos, en algunas de estas estampas figuran los nombres de todos los titulares del libro.
En las marcas denominadas conyugales, aparecen los nombres, las imagenes o los perfieles de la pareja propietaria de la biblioteca.
Un género clásico es también el femenino, en el que abundan ejemplos muy interesantes por su realización y máxima belleza.
También es común encontrar marcas denominadas macabras, las que se nutren de esqueletos, huesos, calaveras y todo tipo de alegorías sobre el paso del tiempo o la muerte.
Los religiosos (a, b) fueron muy cultivados en todos los períodos, junto a los mitológicos, en cuya simbología abundan dioses griegos, romanos y personajes extraídos de leyendas populares.
Son muy difundidos los ex libris que aluden a profesiones, actividades o gremios, por ejempo: de las artes, ingenieros, arquitectos, impresores, pintores, escultores, músicos y cualquier otra actividad que el bibliófilo realizara como navegación, , medicina, justicia, botánica y, hasta para coleccionistas y bibliófilos.
En muchas instituciones como universidades, empresas comerciales, clubes, museos, editoriales, etc., encontramos estas marcas que aluden a la posesión del libro.
|